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Dionisio, Platón y los Misterios
Sileno había sido maestro de Dionisio. Los dos individuos prepararon a los griegos para
adquirir la conciencia del ego. Reencarnando, Sileno regresó como Sócrates, Dionisio
como Platón. Ahora, “...todo lo que Dionisio y el sabio Sileno habían podido hacer por la
antigua Grecia, fue nuevamente hecho por Sócrates y Platón.”
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Ellos volvieron en el
tiempo en que los místicos ya no podían percibir clarividentemente en los Misterios, los
Misterios habían entrado en decadencia.
Los Misterios revelaron al ser del Logos y predijeron el acercamiento de Cristo. Los
juegos Píticos en Delfos fueron casi completamente consagrados a concursos de música y
poesía (el arte de la Palabra), a cantar y tocar la flauta y la lira. A través de estas artes
Apolo reveló su misión como el portador de la armonía en el alma. En Éfeso, el Logos
era todavía más íntimamente entendido, donde estuvo más cerca a la comprensión de la
mente humana. Mientras la música se originó en Delfos, Éfeso se volvió el lugar de
nacimiento espiritual de la filosofía y la ciencia natural. Fueron de la mano el
entendimiento del alma humana y de las maravillas del mundo. Éfeso estuvo muy
íntimamente asociado con Atenas, su ciudad madre, y por consiguiente la filosofía fue
pronto trasplantada a la emergente capital de Hellas.
Otro centro de Misterio se agregó a la creciente importancia de Atenas. Eleusis, el más
importante centro de Misterio de la última época de Hellas — estuvo localizado sólo a
doce millas de Atenas. El trasfondo espiritual de los Misterios de Eleusis fueron los
reinos de Zeus y Demeter — el Misterio de los cielos y de la tierra cuyos representantes,
Perséfone y Dionisio, aparecían como sus hijos. El mito de Dionisio dio un paso más en
su evolución. Involucró el nacimiento, pasión, muerte y resurrección del espíritu humano.
Eleusis se preocupó principalmente de los Misterios de la Caída del Hombre. Y el
problema de la muerte, siempre más importante en el pensamiento Helénico, adquirió
urgente relevancia en los nocturnales ritos de Eleusis.
Eleusis también tuvo dos Misterios. El Misterio Menor, celebrado en febrero, recreaba el
drama de Perséfone, apuntó a alcanzar la catarsis (purificación) en preparación para la
etapa siguiente. Los Misterios Mayores, aquéllos de Dionisio, tuvieron lugar en
septiembre sólo cada cinco años, por nueve días. El grito de Perséfone en los Misterios
Menores despertó a Dionisio. Era el lamento por el nacimiento del hijo de Yaco, o el
renacido Dionisio. El drama describió proféticamente “la deidad que fue a descender en
el mundo material y enterrada allí dentro para subir de nuevo dentro del hombre.”
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Yaco-
Dionisio se hizo portador de la conciencia del ego, el inaugurador de la época del
individualismo. La anticipación de los Misterios del Cristo-niño plantó sus semillas en el
espíritu griego que después jugó tan importante papel en la difusión de la Cristiandad.
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Rudolf
Steiner,
Wonders of the World,
conferencia del 24 de agosto de 1911.
Aristoteles und das Mysteriendrama,
en Lucifer Gnosis, Berlín 1904,
citado en Frederick Hiebel, El Evangelio de Hellas, Capítulo 5.
2
Rudolf Steiner,
Luigi Morelli www.millenniumculmination.net
Atenas llegó a ser la ciudad de Dionisio y encarnó la plenitud del ímpetu hacia el
individualismo. Dionisio tenía su templo en Atenas, y al pie de la Acrópolis estaba su
teatro. Así Atenas se volvió el escenario para sus dramas y el centro de la actividad
intelectual en Grecia. Uno podría decir que el último de los Misterios de Dionisio fluyó y
reapareció como drama y filosofía. Debido a la importancia de estos impulsos gemelos,
Atenas se volvió el centro cultural de Hellas. Muchos de los legados de la cultura griega,
como la escultura, la pintura, la historia, la política, la retórica y la gramática también se
originaron en Atenas o en su entorno inmediato.
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La palabra
theatron
deriva de
theaomai
que contiene la palabra dios — theos — y
significa admirar o rendir culto en devoción. El drama fue concebido principalmente
como una interacción entre coro y monólogo, que reflejaron el diálogo entre el alma
humana y el espíritu del mundo. El alma humana se hizo consciente de lo que se conocía
en los Misterios, el matrimonio de Dionisio con Perséfone. El teatro reemplazó al templo,
y dentro de él estaban presentes todas las artes, incluida la arquitectura.
Como hizo su predecesor — Eleusis el drama de Perséfone — el primer drama griego
provocó la catarsis, la purificación del alma. En el movimiento hacia el microcosmos (el
polo Apolíneo) la superación del miedo condujo a la devoción y al temor; el
conocimiento del egotismo en el alma (el polo Dionisíaco) hizo el espacio para la
compasión y el amor. Así se reunieron una vez más los principios Apolíneos y
Dionisíacos que habían acompañado la etapa histórica de la polis griega. Y la experiencia
del teatro ponía el escenario para el renacimiento del ego después de la experiencia de la
muerte. La filosofía griega se volvió maduro fruto de todos los desarrollos anteriores que
hemos seguido estrechamente.
3
Hiebel,
El Evangelio de Hellas, Capítulo 3.
Luigi Morelli www.millenniumculmination.net
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