Astrologia y glándulas endocrinas.pdf

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ASTROLOGÍA Y GLÁNDULAS ENDOCRINAS
Augusta Foss Heindel
(Introducción de Manly P. Hall)
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LA FRATERNIDAD ROSACRUZ
THE ROSICRUCIAN FELLOWSHIP
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Oceanside CA 92049-0713 USA
http://www.rosicrucianfellowship.org/foreign/spanish.htm
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ÍNDICE
Introducción de Manly P. Hall
Capítulo I: La Época Polar
Capítulo II: El Jardín de Edén
Capítulo III: Dos Glándulas Endocrinas
Capítulo IV: El Gas Espinal
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DIAGRAMA:
LAS GLÁNDULAS ENDOCRINAS Y SUS REGENTES
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INTRODUCCIÓN
La Astrología fue una de las siete ciencias sagradas cultivadas
por los iniciados del mundo antiguo. Fue estudiada y practicada por
todas las grandes naciones de la antigüedad. Los orígenes de la es-
peculación astrológica se obscurecen enteramente en la noche de los
tiempos que precedieron al amanecer de la historia. Hay tradiciones
que afirman que la ciencia astrológica fue perfeccionada por los ma-
gos-filósofos del Período Atlante. Una cosa es evidente, la Astrología
surge en esta época actual, adornada con los descubrimientos y los
agregados de miles de culturas. La historia de la Astrología es, de
hecho, una historia de pensamientos y aspiraciones humanas. Las lec-
turas de los planetas, como se hacían en las tablas cuneiformes de
Sargon, todavía son utilizadas por los astrólogos de esta generación.
Solo ante nuevos estándares culturales se hacían modificaciones y
cambios.
Al comienzo del período histórico, se han reconocido dos escue-
las de Astrología bien diferentes. Con el declive del clericalismo a
finales de la civilización Atlante y comienzo de la época Aria y la profa-
nación de sus misterios, las que hoy llamamos ciencias fueron sepa-
radas de la misma genealogía de tradiciones religiosas. La Astrología
y la Medicina fueron las primeras en establecer instituciones indepen-
dientes. Los sacerdotes de las religiones de estado ya no ejercitaban
más un monopolio sobre las artes proféticas y medicinales. Comen-
zando con Hipócrates, las nuevas cofradías de terapeutas y sanadores
se mostraron enteramente ignorantes de la unidad fundamental, de la
identidad de las ciencias espirituales y físicas.
La división del aprendizaje esencial en competitivo, o por lo me-
nos no cooperativo, destruyó la síntesis del conocimiento. Frustrada
por la división y la discordia, la estructura entera de la educación se
rompió en innumerables piezas disímiles. La ciencia de la medicina
separada de su fuente espiritual, derivó en la curandería y los actos
sanguinarios de las Edades Oscuras, una condición tan lamentable
que el hermético Paracelso opinó que,
"afortunado es el hombre a
quien el médico no le mata”.
Así mismo, la Astrología fue corrompida
en las predicciones del horóscopo. Divorciada de su propósito divino,
siguió realizando una labor sin entusiasmo e insustancial que consistió
en su mayor parte de predicciones calamitosas.
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Un grupo pequeño de hombres instruidos e iluminados preser-
varon los secretos esotéricos de la medicina y de la Astrología de las
supersticiones de la llamada Edad Media. De tal estatura mental eran
los Rosacruces que honraban a Paracelso como uno de sus jefes de
igual ideal. A través de Paracelso y de la Rosa Cruz, los secretos espi-
rituales de la naturaleza fueron restaurados a un nivel fundamental de
aprendizaje. El conocimiento fue interpretado místicamente y las cien-
cias profanas fueron reflejadas simplemente como formas externas de
los misterios internos. Los secretos de la interpretación mística fueron
ocultados al vulgo y dados solamente a los que anhelaron las cosas
del espíritu. La
“Teología Mística”
de Dionisio el Areopagita, se con-
virtió en el libro de textos de un número siempre creciente de hombres
y mujeres devotos y amantes de Dios que observaban en todas los
formas e instituciones externas las sombras y las semblanzas de la
verdad interna.
El mundo moderno que sacrificó tanto para el derecho de pen-
sar, ha crecido en sabiduría por su propio engreimiento. Los educado-
res han ignorado todos esos valores espirituales que constituyen los
ingredientes más preciados del compuesto químico que llamamos civi-
lización. La ciencia material se ha convertido en una institución orgu-
llosa, en un ensamble de pedagogos y demagogos. No hay lugar para
el misticismo en los cánones de la escolaridad. Hipnotizados por la ex-
traña fascinación que la materia ejercía sobre el materialista, los inves-
tigadores modernos se olvidaron del alma, esa realidad invisible sobre
la cual las ilusiones del mundo se sustentan.
Fue Lord Bacon quien dijo,
"un conocimiento pobre inclina a las
mentes de los hombres hacia el ateismo, mas la grandeza del conoci-
miento atrae a las mentes de los hombres de regreso a Dios”.
Esta cita
maravillosa expresa el tiempo de la edad moderna. Un mundo desilu-
sionado entristecido por el fracaso de las cosas materiales está recla-
mando una vez más, esas verdades místicas que, de por sí, expliquen
y satisfagan. La vuelta al misticismo trae consigo un nuevo interés en
la Astrología y la curación.
El misticismo trae consigo una nueva manera de interpretación.
Para revitalizar las demandas exigentes de una interpretación mística,
todas las ramas del saber deben ser purificadas y modificadas. Para el
místico, la Astrología no es solo predicción o dar consejos, es una lla-
ve a las verdades espirituales que son abordadas filosóficamente.
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